Don Circote de la
Carpa se pasea de nuevo por Salamanca para conocer a aquellas
personas que aún no ha tenido el placer de hacerlo.
Se pasea con gracia ante un público (más de doscientas
almas) en su mayoría infantil que abarrota el Salón de Actos de la Biblioteca Pública
Torrente Ballester, un público que pone en apuros (hasta a Sancho Panza) que
ríe, que grita, que pide y que aplaude… y mucho…
Se pasea sorprendido entre dudas de identidad, bellas
damiselas, bandidos, fieras por domesticar y más dudas... superando obstáculos
y adversidades, sacando de donde no se puede sacar…
Se pasea por frondosos bosques de agitadas ramas por
extensas altiplanicies plagadas de molinos y gigantes, gigantes y molinos.
¡¡¡Menos mal que el aro negro no se veía porque vaya pases se curraron los malabaristas!!! (sin desmerecer al resto de la compañía circense).
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