¡Un
año más y cómo no vivan las granjas infantiles!
Otra vez niños y niñas más alguna persona adulta que se lo haya querido pasar como un bebé, han estado y hemos estado a pie de cañón con diversos talleres como todos los años… un@s haciendo pan, otr@s haciendo chorizo, un@s dando una vuelta en un tractor, otr@s en un pony o haciendo sacos de semillitas o trabajando… y todo para que llegue nuestro momento, el de la Escuela de Circo Santiago Uno… ¡tachan!
Lleno de imprevistos, ¡ay!, que la princesa gigante está sin vestir, ¡ay!, que a un gigante le llevamos a la UCI porque se rompió un dedo… pero ninguno ha impedido que saliera bien el pasacalles, dinámico y bonito, con gigantes princesas, equilibristas, malabaristas y percusionistas, que ha dado entrada al espectáculo en sí.
Ha destacado, como siempre, la sonrisa y el cariño del público y creemos que también unas acrobacias, más cómicas, un@s zancud@s más arriesgad@s, posiblemente el nerviosismo que corría entre nosotr@s y presentado todo no sin pelos sino con melena.
Muy
satisfech@s, eso sí, un calor terrible… ¡se nota que se acerca el veranito!
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