Y por fin llegó el día…
Ni en sueños preveíamos un estreno tan a lo grande, en
formato pequeño, pero sí, a lo grande; resulta que hemos tenido que poner todo
a punto, no llevamos mucho entrenamiento encima, para que unos invitados muy
especiales pudieran hacerse una idea de la dimensión de nuestra pequeña Escuela
de Circo… hemos recibido la visita, ni más ni menos, del Padre General de
Escolapios, P. Pedro Aguado, tantas veces deseada.
Después de que haya visitado la Casa Escuela, nos hemos convertido en protagonistas, siendo su centro de atención, con una “coqueta miniactuación” en la carpa de Santiago Uno que tantas veces ha alegrado nuestros corazones, hemos
comprimido el tiempo y creemos que ha quedado bien chula, por lo menos esa
sensación nos ha dado al mirar alrededor ante un público en parte imprevisto… y
es que ante una actuación de circo es difícil no ser niñ@ otra vez… sólo ha
faltado una de las habituales travesuras de nuestra águila harris, Miliki (¿se
estará haciendo mayor?)…
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