viernes, 20 de junio de 2014

¡¡¡BARCO a la vista!!!

Ayer fue un día especial, era el día de despedida de mucha gente porque se acababa oficialmente el curso académico 2013-2014 y porque, además, algún@s de nosotr@s dábamos por finalizado nuestro particular viaje con Santiago Uno y su Escuela de Circo.

El día fue intenso y copado de actividades, como no podía ser de otra manera en nuestra Casa Escuela, empezamos bien prontito con el reclutamiento de l@s que íbamos a ser piratas y de l@s que seríamos corsari@s... la fiesta empezaba con una batalla de juegos en la plaza de la Iglesia nueva del Arrabal, un evento sin parangón en la culta y limpia Salamanca.

Bien animad@s y cargad@s de energía continuamos con un teatro de títeres en el que nos llenamos de alegría y buen rollo para poder seguir con el torneo deportivo que vendría a continuación... sudando como campeon@s andábamos ya con hambre, así que nos acercamos a la Milani a ponernos morad@s en una fenomenal barbacoa en la que de paso nos ahumamos, como ricas sardinillas… y con el estómago lleno nos acomodamos en los jardines para disfrutar de un pequeño concierto, bonito bonito, que buenas interpretaciones las de nuestr@s compañer@s… piel de gallina.

Bien relajad@s nos fuimos de recorrido eco-turístico por la ribera del río Tormes, recogiendo la basura que nos fuimos encontrando por el camino mientras aprendimos botánica, para llegar al embarcadero de la Aldehuela donde piratas y corsari@s firmamos la paz definitiva a bordo de diferentes embarcaciones, aunque que otra alguna volcó… un buen remojón para una tarde calurosa, casi un alivio…

Tras una ducha reparadora nos preparamos para la recogida de la cosecha, es decir, la entrega de títulos académicos y seguida la cena rica rica… que dio paso a una emotiva exhibición de circo en la Plaza del Mercado Viejo, desde ya para el recuerdo.

Pero es que no acabó ahí la cosa porque en ese momento empezamos a “navegar” en barcos de fuego, nos desplazamos una comitiva nocturna muy poco habitual por el Puente Romano hasta el azud del río, con una doble perspectiva de la Catedral, iluminada y reflejada, para dedicar una canción a la ciudad al abrigo de una Luna que apenas se dejó ver...


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