Ya se le ve asomando la nariz... llega cargado de ilusiones, de sueños, de esperanzas, de alegrías y, deseamos que, de compromiso solidario (que de esto último andamos algo escas@s).
Nos gustaría creer que el 2015 va a ser un bonito año, un año en el que olvidemos nuestras individualidades para centrarnos en el bien común porque todo y de cualquier forma, a cualquier coste, no puede valer...
Son muchas las vidas en temprana construcción que deben ser tenidas en cuenta antes de someterlas a la tiranía y el capricho de nuestro ego o de nuestras circunstancias (que a veces nos juegan muy malas pasadas), debemos ser capaces de reconducir situaciones que no deben darse... y si no es posible, tal vez debamos recoger nuestros bártulos y, honestamente, iluminar otro pedacito de Tierra, que es muy grande y está más que necesitada... iluminarla de corazón, con sentimientos de por medio, sabiendo en dónde estamos y por qué estamos (la casualidad no existe) y teniendo bien presente que nuestra finalidad es crear hábitos de superación basados en la convivencia, el esfuerzo y el trabajo en equipo.
Brindemos por un año sin intrigas palaciegas pues bufones somos.