En nuestra Escuela de Circo lo
intentamos, lo intentamos de verdad. Fruto del esfuerzo colectivo y de la
valentía de cada persona que la compone, unas veces lo conseguimos, lo
escribimos en plural aunque el mérito desde luego es de ese chico o esa chica
que en otro momento se veía excluíd@ pero ciertamente otras no, y no tenemos
reparo en admitirlo humildemente, porque en este sentido sí que nos sentimos
con responsabilidad.
Intentamos generar no sólo un
espacio de disfrute aséptico, sino lograr un espacio para la reflexión, el
entendimiento de nuestras realidades. Nuestro planteamiento es educativo, a
tiempo completo, en sus diferentes dimensiones y así intentamos que lo perciban
quienes se personan ante nosotr@s.
Pasar por el aro de un sistema de
vida tan complejo como lo es éste en el que vivimos no resulta nada sencillo y
a veces ni un buen truco de magia puede disimular los sentimientos encontrados
que nos genera.
Todo esto hemos querido hacérselo
saber al Jefe del Servicio de Atención y Reinserción de Jóvenes Infractores, Jose A. Carrillo, que
venía a hacernos una visita en nuestra Casa Escuela. Algo es seguro, le hemos
sorprendido y le hemos sacado una sonrisa.
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